Acércate.
Rózame, bésame, tócame, susúrrame. Hazme estremecer como si un hielo recorriese mi cuerpo, derritiéndose en un segundo. Despacio. Me tienes en tu mano. No creo en el cielo pero el mismo roce de nuestra piel ha de ser parecido.

Slowly, please

Ondas. Ondas que suben y bajan, siempre en movimiento. Más agudas o más graves. Fluye arriba. Amor, pasión, sonrisa permanente. Sin freno. Dudas, chillar, mierda ¿por qué?, tirones. Dejadme en paz. No controlo is ondas pero cerraré mis ojos y expulsaré adrenalina en la caída. Me gusta tu olor. Saldré de mi cueva buscando ondas de mi ritmo. También tuyas. Compraré nuevas sensaciones para dar vida a la mía. Torbellino detestable eres.

Viejas heridas yacen abierdas como tumbas profanadas sin piedad. Por ellas emergen leves hilos de sangre, antes roja, ahora color futuro incierto.
Todo ha quedado descubierto y sabe Jah cuánto tendré que pagar para que, como tantas otra veces, pueda volver a visitar aquel recóndito lugar de mis recuerdos, sin verme obligada a huir por la angustia provocada cada vez que ese halo que deja su presencia inunda un tal corazón hundido.




Mundo bicolor

La décadence

o cómo llegar a soportar con gusto una parte de la última canción de Melendi:

Y no lo entiendo
Fue tan efímero
el caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón
Y pido al cielo que sepa comprender
Estos ataques de celos
Que me entran si yo no te vuelvo a ver.




pero ya está eh

Breve

Acabo de llegar a la conclusión de que cuando más cambio es cuando no pretendo cambiar, así que apuesten por la evolución, no por el cambio pretendido.




Ondas en mis tímpanos: El mar no cesa

No pué ser

Ultimamente tengo déjà vus bastante agobiantes relacionados con aviones y manos a la cabeza. En ese momento el Ipod sobraba bastante, que me está jodiendo la ya cancioncilla.



Cambiando de tema totalmente, Javier Krahe es guay.