martes, 3 de junio de 2008

Abuela




Ayer murió mi abuela, y sufrí como todos los familiares lo hacen; pero cuando más he llorado ha sido cuando hoy mi abuelo me ha abrazado y entre lágrimas me ha dicho: que la abuela se nos ha ido, cariño. Y sufro mucho más por él que por mi abuela. Ella al menos descansará en paz; está ahora mucho mejor que en vida, la cual fue destruida y borrada por el puto Alzheimer. Pero mi abuelo está solo, no la tiene a ella, la mujer que más ha querido en su vida. Sé que tardará en recuperarse, y que hasta dentro de un tiempo cada vez que me vea me abrazará y llorará porque le recuerdo a ella. Siento impotencia.



Gracias yaya por esos momentos que nunca olvidaré. Siempre me acordaré de las costillas que nos hacías para comer, y las albóndigas, y los yogures tan ricos del Lidl que tenías siempre; y el tarro para revolver la lechuga que siempre cogía de la cocina, y esa mesita que teníais en el salón donde había cosas muy frágiles, que en cuanto llegaba mi hermano las recogías corriendo para que no las tocara; y esas tardes en el Parque de Atracciones, cuando no parabas de bailar con el yayo todo lo bailable; y después de cada comida familiar que jugábamos a las cartas y al parchís (qué buenas érais la tía Pilar y tú); y todas las navidades cuando veía Papá Noel a vuestra casa;y las tres hermanas inseparables (Pilar, María y tú); y vuestros viajes por el mundo, que siempre nos traíais algo (aún tengo las Matriuscas; y......

Gracias.

1 comentario:

Víctor Joven dijo...

racca de verdad,,me as conmobido

teeqiero