lunes, 22 de septiembre de 2008

OMG


La historia de esta nueva ¿miembra? de la familia se remonta a la década de los 80. El padre de su dueña transportaba en el camión un cargamento de estas cámaras cuando tuvo un accidente en el que la mayoría se destrozaron, o al menos, quedaron bastante tocadas. Pero no fue el caso de ésta (y supongo que de unas cuantas más). Ella finalmente se quedó con la cámara, y aunque no la usó nunca, la guardó hasta que se fue a vivir con su recién estrenado marido.
Este buen hombre quiso deshacerse de ella vendiéndosela a un amigo suyo, pero la dueña decidió esconderla para que no la encontrara más; el caso fue que la escondió tan bien, que años después ni ella sabía dónde la había metido.
Un día, su hija adolescente con gustos fotográficos decidió buscar una cámara réflex; así que ella removió cielo y tierra (ya será menos) hasta encontrarla. Y aquí está. Mi nuevo juguetito.

2 comentarios:

Ainhoa dijo...

vaya vida más puta ha llevado la cámara

Alberto dijo...

se parece a la de mi camara abueleta, que tambien tuvo sus viajes, e incluso fue al quirofano